La vacuna Tdap ayuda a proteger contra tres enfermedades: tétanos, difteria y tos ferina (tos convulsiva). Se recomienda a las mujeress embarazadas durante cada embarazo, independientemente del historial de vacunas. La vacuna Tdap debe administrarse entre las semanas 27 y 36 de embarazo para ofrecer protección antes del parto. De esta manera, los anticuerpos (y la inmunidad que proporcionan) se transmiten al bebé para que esté protegido después del nacimiento. La vacuna Tdap durante el embarazo es importante porque los bebés no pueden recibir la vacuna DTaP hasta los 2 meses de edad. (DTaP es la vacuna infantil contra la difteria, el tétanos y la tos ferina). No tendrían una protección sustancial hasta al menos 6 meses de edad después de haber recibido tres dosis. Por lo tanto, la inmunidad transmitida de padres a hijos e hijas es importante a fin de mantener al bebé a salvo de estas enfermedades en sus primeros meses de vida. Los bebés corren un riesgo especial de sufrir complicaciones graves por la tos ferina.

VRS es un virus común que generalmente causa síntomas leves parecidos a los del resfriado. Sin embargo, en bebés, niños y niñas pequeños, la infección por VRS puede ser peligrosa e incluso mortal. De hecho, el VRS es la principal causa de hospitalización de bebés en los EE. UU. Hay dos opciones para proteger a los niños y niñas menores de 8 meses del VRS. Abrysvo, una vacuna contra el VRS, se administra a mujeres embarazadas de entre 32 y 36 semanas de embarazo entre septiembre y enero. Proporciona protección inmediata a los recién nacidos si se administra al menos 14 días antes del nacimiento. La protección durará alrededor de 6 meses. La segunda opción para proteger a los bebés y recién nacidos del VRS es un tratamiento de inmunización llamado nirsevimab. Se administra durante su primera temporada de VRS. Hable con su proveedor de atención médica para determinar cuál de estas opciones es mejor para proteger a su bebé del VRS.   

Las mujeres embarazadas y sus bebés corren un mayor riesgo de contraer una enfermedad grave por COVID-19. La vacuna COVID-19 puede reducir drásticamente este riesgo. También reduce el riesgo de complicaciones durante el embarazo y el riesgo de hospitalización de su recién nacido. La vacuna contra el COVID-19 durante el embarazo también ayuda a brindar protección al bebé después del nacimiento durante sus primeros 6 meses, cuando es demasiado pequeño para vacunarse. Las mujeres  que intentan quedar embarazadas no necesitan evitar el embarazo después de recibir la vacuna contra el COVID-19.