COVID-19
¿Qué es?
El COVID-19 es una enfermedad infecciosa altamente contagiosa que se propaga rápidamente. Los síntomas pueden variar de persona a persona. El COVID-19 causa con mayor frecuencia síntomas similares a los de la gripe y el resfriado, como fiebre, dolores corporales, secreción y congestión nasal, tos, dolor de garganta y dificultad para respirar. También puede causar pérdida del gusto o del olfato, náuseas, vómitos y diarrea. Afortunadamente, existe una vacuna que protege contra el COVID-19.
¿Por qué es importante la vacuna?
Si bien la mayoría de las personas que contraen COVID-19 tienen síntomas leves, algunas pueden enfermarse gravemente. Los adultos mayores y las personas con condiciones de salud crónicas y de alto riesgo corren el mayor riesgo de sufrir complicaciones por COVID-19. Sin embargo, los adultos sanos, las niñas y los niños pequeños también pueden enfermarse gravemente a causa de esta enfermedad. Algunas personas pueden desarrollar efectos sobre su salud a largo plazo tras la infección llamado "COVID largo". Otras también desarrollan inflamación del corazón durante o después de la infección por COVID-19. Los niños y niñas pueden enfermarse después del COVID-19 con una enfermedad llamada MIS-C que causa fiebre y otros síntomas incluyendo problemas cardíacos.
En los Estados Unidos, más de un millón de personas murieron por COVID-19 entre 2020 y 2024. Casi 7 millones de personas fueron hospitalizadas debido al COVID-19 durante ese tiempo. Estas cifras sin duda hubieran sido más elevadas si no fuera por las vacunas COVID-19. De hecho, a finales de 2022, las vacunas COVID-19 evitaron (artículo en inglés) 18.5 millones de hospitalizaciones y 3.2 millones de muertes por COVID-19 en los Estados Unidos.
Aunque algunas personas que ya recibieron la vacuna contra el COVID-19 aún puedan contraerlo. El hecho de estar vacunado ayuda a proteger contra enfermedades graves, hospitalización y muerte.
Recomendaciones de vacunas
El CDC recomienda tres vacunas para proteger contra el COVID-19 (Pfizer-BioNTech, Moderna y Novavax).
A finales de 2023, se lanzaron formulaciones actualizadas de cada vacuna y se espera una formulación más nueva para finales de 2024. Las recomendaciones sobre quién debe vacunarse dependen de la edad y el estado de salud. Generalmente, todas las personas de 5 años en adelante deben recibir al menos 1 dosis de la vacuna de COVID-19 actualizada. Esto incluye a mujeres embarazadas, que pueden quedar embarazadas o que están amamantando. Los niños y niñas más pequeños (hasta los 6 meses) necesitan múltiples dosis de la vacuna contra el COVID-19 para estar completamente protegidos. Aprenda cómo mantener a su familia al día con las vacunas contra el COVID-19.
La vacuna es segura y se recomienda para personas con sistemas inmunitarios débiles. Estas personas pueden recibir dosis adicionales de las vacunas contra el COVID-19 actualizadas.
La vacuna está totalmente cubierta para personas con seguro, incluidos Medicare y Medicaid. También está cubierta para niños y niñas no asegurados y elegibles para Medicaid a través del programa Vacunas para niños (artículo en inglés). Los adultos sin seguro o con seguro médico de baja cobertura pueden recibir vacunas contra el COVID-19 gratuitas a través del Programa Bridge Access (que finalizará en agosto de 2024).
Los efectos secundarios
Las vacunas, como cualquier medicamento, pueden provocar efectos secundarios (también conocidos como "reacciones adversas"). La mayoría de los efectos secundarios son leves y desaparecen en unos pocos días. Los efectos secundarios comunes incluyen fiebre, dolor de cabeza o dolores corporales y cansancio. Algunas personas pueden tener enrojecimiento o dolor en el lugar donde se aplicó la vacuna. Los efectos secundarios son normales. ¡Incluso pueden ser una buena señal de que el sistema inmunitario está trabajando para desarrollar anticuerpos que combatirán futuras infecciones!
Los efectos secundarios de la vacuna contra el COVID-19 también pueden incluir escalofríos, náuseas e inflamación de los ganglios linfáticos. En casos raros, se han registrado casos de miocarditis y pericarditis (inflamación del corazón) después de la vacunación. Se han registrado unos 9 casos (artículo en inglés) por cada millón de personas vacunadas. La mayoría de los casos ocurrieron en adolescentes varones y adultos jóvenes. La inflamación del corazón después de la vacuna COVID-19 es aún más rara en los niños y niñas más pequeños. El riesgo de desarrollar inflamación del corazón por la infección por COVID-19 es mayor que por la vacunación.
Recuerde, las vacunas se estudian continuamente. También son monitoreadas minuciosamente por seguridad. Las investigaciones continúan demostrando que las vacunas son seguras y que los beneficios superan los riesgos. El riesgo de sufrir una reacción alérgica grave a una vacuna es poco común (aproximadamente 1 en 1 millón). La opción de no vacunarse tiene muchos más riesgos y puede llevarle a contraer una enfermedad potencialmente mortal.
Hable con su médico si tiene alguna pregunta o inquietud sobre los efectos secundarios de la vacuna. En caso de una reacción alérgica grave, llame al 9-1-1.
Mitos comunes sobre la vacuna contra el COVID-19
Hay muchas afirmaciones falsas sobre las vacunas contra el COVID-19. Estas afirmaciones circulan principalmente en redes sociales. Con frecuencia pretenden asustar a la gente. Es posible que haya visto información sobre las vacunas contra el COVID-19 relacionada con estos temas:
- Esterilidad: Los estudios no han encontrado evidencia de que las vacunas contra el COVID-19 causen infertilidad en hombres o mujeres. Es seguro e importante que las mujeres embarazadas se vacunen porque tienen un mayor riesgo de sufrir complicaciones por COVID-19. De hecho, las embarazadas que contraen COVID-19 tienen 15 veces más probabilidades de morir y 22 veces más probabilidades de tener partos prematuros (artículo en inglés) que las embarazadas no infectadas.
- Microchips: Las vacunas contra el COVID-19 no contienen microchips ni ninguna otra forma para rastrear a las personas. Esto es físicamente imposible.
- ADN: Las vacunas contra el COVID-19 no pueden alterar el ADN de una persona. Las trazas de fragmentos genéticos virales (ARN) de las vacunas contra el COVID-19 no pueden entrar en el ADN de nuestras células. Esto es físicamente imposible. Tenga en cuenta que nuestras células se enfrentan diariamente a ADN extraños cuando comemos plantas y animales. Este proceso no cambia nuestro ADN, como tampoco lo hacen las vacunas contra el COVID-19.
Para obtener más información y respuestas a preguntas específicas sobre las vacunas contra el COVID-19, consulte las Preguntas frecuentes sobre el COVID-19 de Immunize Colorado.