¿Realidad o mito?
La eficacia
REALIDAD: Las vacunas son muy eficaces y funcionan muy bien para prevenir enfermedades.
La eficacia es una medida que muestra el éxito de una vacuna en la prevención de enfermedades y muertes.
La eficacia de la vacuna indica cuántos casos menos habrá si una persona dentro de una población contrae una enfermedad prevenible mediante la vacunación. La mayoría de las vacunas infantiles tienen una eficacia superior al 90% para proteger contra las enfermedades. ¡Eso es bastante alto! Aunque no son 100% eficaces, las vacunas valen mucho la pena. Las vacunas actúan como un asiento de seguridad para el automóvil, este no garantiza que un niño o niña nunca sufra daños en un accidente automovilístico, pero puede reducir en gran medida la probabilidad de resultar herido. No hay garantía de que las vacunas puedan prevenir enfermedades al 100%, pero pueden proporcionar altos niveles de protección (artículo en inglés).
Los científicos estudian las vacunas para medir su eficacia.
Para medir la eficacia de las vacunas, los científicos prueban qué tan bien funciona una vacuna en estudios controlados y en el mundo real. Determinan si la vacuna puede prevenir infecciones, enfermedades, hospitalizaciones e incluso la muerte.
Generalmente, se utilizan dos tipos de estudios de investigación: ensayos controlados aleatorios (ECA) y estudios observacionales. En los ECA, se asignan aleatoriamente dos grupos de voluntarios, uno para recibir la vacuna y otro para recibir un placebo. Un placebo es una sustancia que no tiene ningún efecto medicinal. Después, los investigadores registran cuántos participantes de cada grupo contrajo la enfermedad. Esto ayuda a determinar si la vacuna es eficaz para prevenir la enfermedad. La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) exige los ECA, un tipo de “ensayo clínico”, antes de que se autorice el uso al público de cualquier vacuna. Los estudios observacionales miden la eficacia de las vacunas en varios escenarios del mundo real. Esto permite a los investigadores comprender cómo actúan las vacunas en distintos contextos y entre personas de diferentes edades con distintas afecciones médicas. Los investigadores vuelven a comparar cuántas personas vacunadas y no vacunadas contraen la enfermedad. Los ECA se realizan en una situación controlada, mientras que los estudios observacionales nos ayudan a aprender qué tan eficaces son las vacunas en el mundo real.
¿Cómo se midió la eficacia de la vacuna contra el COVID-19 en niños y niñas?
Para las vacunas contra el COVID-19, los investigadores realizaron estudios clínicos similares a los ECA para cada grupo por edad. Para los niños y niñas de 5 a 11 años registraron si alguno se infectó con COVID-19 después de ser vacunados. Los investigadores encontraron que 3 de cada 1,305 niños y niñas vacunados contrajeron COVID-19, mientras que 16 de 663 niños y niñas que recibieron el placebo contrajeron COVID-19. Estos resultados muestran que la vacuna tiene una eficacia de alrededor del 91% en la prevención de las infecciones por COVID-19 entre niños y niñas de 5 a 11 años.
Se realizaron estudios similares para otros grupos de diferentes edades con cada tipo de vacuna. Estos encontraron que la eficacia era generalmente de alrededor del 90%.
Recuerde, ninguna vacuna es 100% eficaz, por lo que es posible que una persona vacunada contraiga COVID-19. Sin embargo, los síntomas suelen ser menos graves en las personas que se han vacunado, sobre todo si lo han hecho en los últimos meses. Dado que están vacunados, es menos probable que sean hospitalizados o mueran a causa del COVID-19. Además las personas vacunadas contagian a otros por un período de tiempo más corto que aquellos que no están vacunados.
Los CDC monitorean periódicamente las vacunas contra el COVID-19 (artículo en inglés) así como todas las demás vacunas. Trabajan con funcionarios de salud pública y académicos para realizar estudios observacionales. Gracias a estos estudios científicos y al seguimiento continuo, sabemos que las vacunas contra el COVID-19 son seguras y eficaces para todas las personas a partir de los 6 meses de edad. La vacunación contra el COVID-19 le brinda a usted y a sus seres queridos la protección necesaria contra una enfermedad mortal.
¿Cómo se mide la eficacia de la vacuna contra la influenza (gripe)?
El virus de la gripe cambia en cada temporada, por eso es necesario vacunarnos anualmente. Cada año, los científicos intentan hacer que la vacuna coincida lo más posible con las cepas de los virus circulantes. Esto es una tarea difícil, pero la mayoría de los años, la vacuna contra la gripe o influenza reduce el riesgo de contraerla de un 40 a 60%.
Los niños, niñas y adultos sanos pueden enfermarse gravemente a causa de la gripe. Cada año entre 100 y 200 niños y niñas desde el nacimiento hasta los 17 años morirán a causa de la influenza. Los adultos mayores, las niñas, los niños pequeños y las personas con ciertas afecciones médicas tienen un mayor riesgo de enfermarse gravemente a causa de la gripe. La mejor manera de reducir el riesgo de contraer gripe es recibir la vacuna anual contra la misma. Algunas personas que reciben la vacuna contra la gripe todavía pueden enfermarse, pero, la vacuna reduce la posibilidad de sufrir síntomas graves, hospitalizaciones y muertes relacionadas con la gripe.
La eficacia de las vacunas contra la gripe puede variar, pero siguen siendo la mejor forma de protegerse contra la misma.
Las vacunas ayudan a proteger contra complicaciones graves.
La conclusión es que las vacunas son eficaces. Si bien ningún medicamento es 100% eficaz, las vacunas reducen en gran medida el riesgo de hospitalización y muerte si se enferma. La vacunación sistemática ha evitado y sigue evitando cientos de millones de casos (artículo en inglés) de enfermedades prevenibles. Si dejamos de vacunarnos, rápidamente veremos un aumento de estas enfermedades prevenibles.