¿Realidad o Mito?
Los Mandatos
REALIDAD: Nunca se obliga a nadie a vacunarse, pero los mandatos de vacunación pueden ayudar a protegernos a nosotros y a nuestros seres queridos de las enfermedades.
Los mandatos de vacunación son requisitos para que las personas se vacunen.
El gobierno, las escuelas o los empleadores pueden emitirlos. Los mandatos de vacunación pueden impedirle participar en una actividad (como asistir a la escuela o al trabajo) hasta que se vacune. Muchos requisitos de vacunas permiten excepciones (también llamadas “exenciones”). Nadie puede obligar a nadie a vacunarse, pero la decisión de no vacunarse puede ser peligrosa para la comunidad. Si decide no vacunarse, es posible que no se le permita participar en determinadas actividades. Por eso existen los mandatos. Su objetivo es mantener a todos a salvo de enfermedades prevenibles con vacunas.
Los mandatos de vacunas tienen una larga historia.
Los mandatos de vacunación existen desde hace mucho tiempo. El primer mandato en Estados Unidos fue en 1777 (artículo en inglés) durante la Guerra Revolucionaria. George Washington ordenó que todos sus soldados se vacunaran contra la viruela.
Todos los estados (artículo en inglés) de los EE.UU. exigen que los niños y niñas se vacunen contra determinadas enfermedades para poder asistir a la escuela. El primer mandato de vacunación escolar se remonta a 1855, cuando Massachusetts exigió la vacuna contra la viruela para el ingreso a la escuela. En 1905, la Corte Suprema de los Estados Unidos dijo que los estados podían aprobar y hacer cumplir leyes de vacunación. Estos mandatos han conseguido reducir los brotes de enfermedades (artículo en inglés).
Los mandatos ayudan a mantener seguras a las comunidades.
Se establecen mandatos cuando vacunarse es importante para la salud y la protección de la comunidad. Esto puede suceder cuando existe una amenaza grave para la salud, como la pandemia de COVID-19. También ocurre cuando la probabilidad de propagación de enfermedades es alta, como en entornos escolares y de atención médica. Los mandatos ayudan a aumentar la cantidad de personas que se vacunan. A su vez, ayudan a detener la propagación de enfermedades.
Cuando la mayoría de las personas de una comunidad se vacunan, se ayuda a proteger a las personas que no pueden vacunarse. Esto incluye a personas con sistemas inmunitarios débiles y personas que son demasiado jóvenes para recibir algunas vacunas. Las vacunas pueden parecer una elección personal, pero elegir no vacunarse también afecta a quienes le rodean. Afecta la seguridad y la libertad de toda su comunidad. Cuando nos vacunamos, ayudamos a proteger a las personas cercanas a nosotros y a toda nuestra comunidad de enfermedades graves.
Los mandatos de vacunación contra el COVID-19 ayudaron a frenar la propagación de la enfermedad durante la pandemia.
Todos nos familiarizamos más con los mandatos de vacunas durante la pandemia de COVID-19.
El gobierno federal y algunas empresas exigieron que sus empleados se vacunaran. Algunas ciudades también exigieron que las personas estuvieran vacunadas para ir a restaurantes, gimnasios y otros lugares de reunión comunitaria. Estos mandatos ayudaron a controlar la propagación del COVID-19. En mayo de 2023, se había vacunado a suficientes personas para proporcionar inmunidad comunitaria (o “inmunidad colectiva”) y se levantaron la mayoría de los mandatos.
Los mandatos de vacunación contra la gripe ayudan a mantener seguros los entornos hospitalarios.
Desde 1995, varios estados han exigido que los trabajadores de la salud se vacunen contra la gripe todos los años. Muchos hospitales exigen la vacuna a sus empleados. Los estudios han demostrado que estos requisitos disminuyen las enfermedades y muertes por influenza. La vacunación de quilos trabajadores de los hospitales puede reducir la propagación de la gripe en los mismos (artículo en inglés). Los mandatos de vacunación contra la gripe ayudan especialmente a proteger a las poblaciones más vulnerables, como los bebés, los adultos mayores y las personas con sistemas inmunitarios débiles.
Hay exenciones disponibles para quienes las necesiten.
La mayoría de los mandatos de vacunas tienen algún tipo de exención o excepción. Durante la pandemia de COVID-19, algunos lugares ofrecieron la opción de realizar pruebas semanales o usar una máscara en lugar de vacunarse. En ocasiones, se ofrecen exenciones a las vacunas requeridas en la escuela y el trabajo por motivos médicos, religiosos o de creencias personales. Algunas exenciones son necesarias. Por ejemplo, es posible que las personas con sistemas inmunitarios gravemente debilitados no puedan recibir vacunas. Sin embargo, los estudios demuestran que los lugares con más exenciones tienen más brotes de enfermedades (artículo en inglés). Los mandatos de vacunación desempeñan un papel clave en la prevención de brotes de enfermedades.