¿Realidad o mito?
Retrasar la vacunación
REALIDAD: Retrasar o espaciar las vacunas dejará a su hijo o hija en riesgo de contraer enfermedades cuando es más vulnerable.
Algunas personas temen que la cantidad de vacunas administradas a bebés, niñas y niños pequeños sea demasiada.
También pueden preocuparse por administrar las vacunas demasiado pronto o a una edad demasiado temprana, y con frecuencia las retrasan. Sin embargo, el calendario de vacunación recomendado está diseñado para brindar protección en el momento justo. La decisión de retrasar la vacunación puede tener consecuencias y riesgos graves. El calendario de vacunación de rutina y la combinación de las vacunas que recomienda son seguras y eficaces.
Los expertos utilizan la investigación para crear el calendario de vacunación.
Se requiere de mucha reflexión y ciencia para determinar el calendario de vacunación recomendado. Los médicos y expertos en salud seleccionan qué vacunas administrar a determinadas edades en función de cómo responderá el sistema inmunitario a la vacuna y la probabilidad de estar expuesto a determinadas enfermedades. Por ejemplo, los bebés pequeños corren mayor riesgo de sufrir complicaciones por enfermedades, por lo que es importante protegerlos antes de que queden expuestos a gérmenes peligrosos. El calendario de vacunación está recomendado por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés), está avalado por la Academia Estadounidense de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) y otras organizaciones expertas.
Se ha probado rigurosamente el uso de varias vacunas juntas para proteger mejor la salud de su hijo o hija.
El calendario de vacunación infantil de rutina está diseñado para brindarle a su hijo o hija la mayor protección posible. No hay ningún beneficio médico en cambiar el tiempo de administración de las vacunas. Un calendario de vacunación alternativo o retrasado no disminuirá el riesgo de sufrir los efectos secundarios (también conocidos como “reacciones adversas”). De hecho, las investigaciones muestran que retrasar la vacuna del sarampión (artículo en inglés) hasta después de que el niño o niña tenga 15 meses de edad puede aumentar el riesgo de sufrir convulsiones.
Retrasar las vacunas deja a los niños y niñas vulnerables a las enfermedades.
Siguiendo el calendario recomendado por los CDC, los bebés visitan a su médico 5 veces en los primeros 15 meses de vida y en este periodo reciben vacunas para protegerlos contra 16 enfermedades. Retrasar las vacunas de su hijo o hija solo aumentará la cantidad de vacunas y visitas al consultorio, también aumentará la cantidad de tiempo que estará en peligro de infectarse. Solo piense en las enfermedades a las que su hijo o hija podría estar expuesto y enfermarse si retrasa las vacunas.
Las vacunas no saturan el sistema inmunitario de su bebé.
Algunos padres se preguntan si el cuerpo pequeñito de un bebé es capaz de soportar la cantidad de vacunas que recibe a tan temprana edad. Les puede preocupar que su bebé reciba “demasiadas vacunas y demasiado pronto”. La verdad es que el sistema inmunitario de su hijo o hija es más fuerte de lo que cree. No hay que temer que la vacunación a tiempo pueda saturar el sistema inmunitario.
Desde el momento en que nacen, los bebés están expuestos a millones de bacterias (artículo en inglés). El sistema inmunitario de los bebés está diseñado para protegerlos diariamente de bacterias y virus. Las vacunas que se aplican en los dos primeros años de vida son “una gota de lluvia en el océano” y representan una pequeña fracción de lo que el sistema inmunitario de un bebé enfrenta y combate todos los días.
De hecho, su hijo o hija está expuesto a más gérmenes, como virus o bacterias (también llamados “antígenos”), en su entorno que en todas sus vacunas combinadas. El número total de componentes inmunológicos de todas las vacunas que recibe su hijo o hija es ligeramente inferior a 160 (artículo en inglés). Esto es minúsculo en comparación con los millones de patógenos (agentes que causan enfermedades) que su cuerpo encuentra todos los días simplemente comiendo, respirando y viviendo la vida.
Hoy podemos protegernos contra más enfermedades que nunca.
Es cierto: los niños y niñas de hoy reciben más vacunas que sus padres en sus tiempos. ¡Pero esto es algo bueno! Significa que podemos proteger a los bebés de más enfermedades que nunca.
Y aunque hoy en día los niños y niñas reciben más vacunas, las vacunas actuales son más puras y más específicas. La combinación de vacunas que se administra hoy en la primera infancia representa un desafío mucho menor para el sistema inmunitario de un niño o niña que la combinación de vacunas administradas en los años 1980 y 1990.